Los pequeños detalles de la vida



 A las 22.22 horas del 15.oct.2013, nuestras valiosas y preciadas vidas quedaron marcadas por un "duro golpe".

Nuestro “órgano vital”, “ elemento motriz”, “pilar” – y es que hay mucho tonto por ahí suelto que lo calificaría de eso-  se paró.

 Whatsap nos abandonó. Y con el, dejó de girar  el mundo.

 Todo cuanto nos rodeaba quedó petrificado.

Y nosostros, atónitos ante tal estropicio.

Pues bien, como iba diciendo cuando el reloj marcó las 22.22h whatsapp nos clavó un puñal por la espalda- cual cobardica-.

 Fue justo  a las 22.22h. Bonita hora, por cierto - inevitable no acordarse del Worldwide known Aless Gibaja y su super sweet Pink and lovely night-.

 Whatsap desafiándonos a todos, deja de funcionar.

Ante tal hecho corre el pánico. Las redes sociales se saturan con comentarios- a cada cual mas ridículo- en los que se leen mensajes como : “ Whatsapp vuelve”, “ Whatsapp OFF” pero sin duda alguna, el que se lleva el premio es:“ Te necesito” . -¿Te necesito?, tu lo que necesitas es un tortazo chaval, necesitas una buena dosis que trate la ignorancia-.

Y no es que a mi no me afectaran esos  11 – para muchos, eternos- minutos; Sino que todavía –y espero que siga así- la tecnología no se ha apoderado plenamente de mí.

A las 22.33 volvió la normalidad- Thanks God- o eso parecía.
Y es que van a tener razón cuando dicen que nos ahogamos en un vaso de agua – incluso en medio-.

Hoy 15 de octubre ha quedado claro clarísimo.
Somos de lo que o hay.
Pero reconozcamos que también ha tenido su gracia.

Hemos recuperado formas de comunicación que hasta las 22.22h estaban en peligro de extinción: el chat de Facebook, Twitter o el prácticamente en desuso Tuenti…


La cuestión es que algunos están de enhorabuena.Tenemos que felicitar a esos que ni se han enterado de la pausa – ciudadanos del mundo, ejemplares que no pierden el tiempo- y es que, por culpa de Whatsapp, no solo perdemos el tiempo sino tradiciones…

¿Qué me decís de la época en la que quedabas cara a cara con tus amigos para hablar?; pues bien, ha sido sustituida por una superficial conversación mientras estás tirado en el sofá viendo la tele…

¿ y las cartas? antes se escribían cartas. Llamadme cursi – no niego serlo- pero ¿ cuánta ilusión hace recibir una carta?, ¡ infinita!.

Y es que ahora, somos amigos de dispositivos electrónicos, todo lo avanzados que quieras, pero siguen siendo cosas.
Y jamás una cosa podrá ser mínimamente equiparable a una persona.

 ¡ Cuántas parejas de novios salen a cenar y se pasan la cena usando el móvil!. Cada vez que veo eso me dan ganas de arrancarles el móvil de las manos – he aquí mi faceta violenta, ¡ups!-. esto por no mencionar a los casos en los que solo uno de los dos es maleducado.- demasiadas pocas rupturas hay…-

Y que me decís de los turistas – entre los que me incluyo- que van buscando wiffi por cada esquina de la ciudad que están “ visitando”.

Debería existir un día en el que ni el móvil, ni el ordenador, ni Internet, ni la tele existieran. – ni os lo imaginais ¿verdad?, un escalofrío sacude vuestro cuerpo solo de pensarlo-.

Un día que pudiéramos dedicar plenamente a estar de verdad con las personas, a disfrutar con los pequeños placeres de la vida, placeres que pasan desapercibidos a diario pero que al final del día cuando, antes de cerrar los ojos para sumergirte de pleno en tus sueños, recapacitas ;descartas todo lo demás, dejándolo en un segundo plano.

Porque al final, con lo que te quedas es con los detalles, los pequeños gestos, que valen mas que mil palabras, las sonrisas, los buenos momentos, y sobretodo las personas con las que los vives.

Porque al final es a ellos a quien recuerdas, y no hay nada comparable a una conversación cara a cara aunque muchas veces pensemos que las conversaciones de Whatsap son inmejorables – e incluso a veces las guardemos-.  Los gestos, las sonrisas y las miradas llenan mas que todos eso graciosos y originales emoticones.

Estoy 100% segura, de que esa conversación hubiera sido mucho mas bonita a la cara y es que estos, son los pequeños detalles de la vida.
Qué simples somos al llamarlos “ pequeños placeres de la vida”, y es que de pequeños tienen poco.

No sufráis ataques de pánico respentinos ante un fallo del sistema de Whatsapp, pensad en esos pequeños placeres de la vida que dejáis pasar casi sin daros cuenta y no es que sea algo grave, pero jamás los volveréis a recuperar.

L.C


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