Un ladrido mas
Y aquí me
tienes. Tratando de aclarar las ideas. Tratando de asimilar el hecho de que te
vas. Tratando de grabar en mi mente cada uno de tus recuerdos para que siempre
me acompañen.
Y es que,
poco a poco te apagas.
Como una
bombilla, has dado luz a nuestro día a día durante los últimos casi 14 años.
Pero no hay bombilla que alumbre eternamente. Al final – y antes de lo que nos
gustaría- todas se acaban fundiendo.
Me asusta
la penumbra, la oscuridad que vendrá después. Pero ya sabes lo que dicen,
después de la tempestad viene la calma. Y espero que no se equivoquen.
Me da
pena. Me da mucha pena tener que decirte adiós, sobretodo porque no se como
hacerlo- nunca se me han dado bien las despedidas- y es que, ahora nos toca
cambiar el hasta pronto por el hasta siempre y se hace mas duro de lo
que crees.
Es como
tratar de nadar a contracorriente. Prácticamente imposible.
Me da pena
pensar que jamás volverás a estar ahí cuando me levante, compartiendo los
madrugones mientras tratas de
" robarme "el desayuno.
Porque
jamás volverás a esperarme cuando vuelva de clase.
Ni
volveremos a dormir la siesta juntas, ni me reiré con lo graciosos que son tus
ronquidos, ni con tu peculiar y tremendamente divertida forma de estornudar...
Porque es
inevitable en estos momentos, recordar el primer día que nos conocimos.
El día en
el que prometimos que seríamos amigos para siempre. Y para siempre lo fuimos. Y
es que cada historia tiene un Hola y
un Adiós.
Pues bien,
este fue el Hola de la nuestra:
Hace
algunos años, concretamente el 6 de enero de hace casi 14 años, me desperté
antes de lo normal - como cada día de Reyes- embargada por la emoción. -¿ Quién
no se despierta nervioso el día de reyes?-.
Lo único en lo que pensaba era en mis
regalos. Había uno que deseaba con todas mis fuerzas.
Abrí todos
y cada uno de los regalos deseando encontrar el que verdaderamente esperaba pero, no fue así.
Me
encantaron los regalos pero no eran lo que con tantas ganas deseaba.
Cuando ya
me había hecho a la idea de que ese año tampoco había sido lo suficientemente
buena como para que los reyes me trajeran lo que tantas veces había pedido, mis
padres me señalaron una caja aun sin abrir.
Y allí, prácticamente inapreciable,
junto a la mesa del comedor estaba una caja levemente decorada. Sin demasiado interés
me acerqué. ,- ¡ Quién me iba a decir a mi que esa caja contendría el mejor
regaló que jamás me han hecho?- Abrí la caja y mis ojos se iluminaron como nunca
lo han vuelto a hacer.
Y allí estaba
ella, acurrucada en una esquinita, tan indefensa, tan diminuta... Yo mientras
tanto, la miraba boquiabierta tratando al mismo tiempo de asimilar lo que
acababa de pasar.
Por fin, y
tras varios años portándome lo mejor posible, había sido tan buena que los
reyes me habían traído un perro. Un simple chillido bastó a modo de
agradecimiento.
Fue
entonces y con un simple ladrido como empezó una amistad que dura ya 13 - casi
14 - largos años.
Señores,
aquí tienen a la protagonista de esta historia: Tana. Un Pomerania de a penas
kilo y medio, que ha conseguido robar el corazón a todos los que le han
conocido. Seductora donde las haya, también ha conseguido poner celosas a muchas novias al ver como sus novios
caen rendidos ante dicha monada – Meri, tu lo sabes bien-.
Alegre,
pequeña, con abundante y extremadamente suave pelaje de distintas tonalidades
que abarcan los tonos canela, es el prototipo de perro que yo llamaría achuchable. Muchos se refieren a este
tipo de perros como " perros patada", pero esto solo refleja la
cantidad de ignorantes que hay danzando por el mundo.
Pensaréis
que parezco tonta cuando hablo de ella- y puede que estéis en lo cierto. Pero,
¿A quién no se le cae la baba hablando de su perro?.
En todos
estos años, jamás he conocido a alguien que se arrepienta de haber comprado un
perro y es que, un perro es una inversión que nunca dará pérdidas. Es algo de
lo que jamás te arrepientes. Es algo de lo que cada día te sientes mas
orgulloso y es que, eso que empezó siendo tan solo un perro, al poco tiempo –
por no decir en el mismo instante en el que le tienes en brazos por primera
vez- deja de ser solo un perro, para pasar a ser Tu Perro.
Dicen que
el perro es el fiel amigo del hombre, y están en lo cierto y como dijo Roger
Caras: “ los perros no son todo en
nuestra vida pero la completan”.
Pero los
años fueron pasando. Los años pasan para todos. Es ley de vida.
Y con el
paso de los años tu vitalidad se fue apagando. Luchaste cómo una campeona.
Rendirte no entraba entre tus planes.
Y aquí
estamos otra vez, 14 años después, recordando juntos como empezó todo. Y
redactando el final de la historia. Nuestra historia. Y justo antes de poner el punto y final, tu nos dedicas un
ladrido mas. Un ladrido de despedida.
Aquel 6 de
enero nos saludamos con un ¡Hola!. Y
hoy, nos toca, entre lágrimas, pronunciar un triste y cargado de sentimientos Adiós.
Los que
tenéis perro – quien dice perro, dice mascota- sabréis a que sentimientos me
refiero. Y es que es algo que alguien que no haya tenido una mascota, jamás
habrá experimentado.
Corred
pues y achuchad a vuestros perros porque estoy segura de que ellos lo están deseando – y vosotros
también-.
L.C
Comentarios
Publicar un comentario