Tic-tac, tic-tac

Y estás tranquilamente tostándote al sol.  Un bip. Nuevo whatsapp. No sabes si haces bien en abrirlo pero los cobardes nunca llegan lejos. Lo lees y ves que se te acaba el chollo, que ya te llegan los primeros mensajes de "Tiaaaaaaa que ya no te veo" que te sientan de todo menos bien...
De repente es como si los días hubieran pasado a durar solo 20 horas, cada vez pasan mas rápido mientras tu intentas agarrarte a cualquier cosa que frene el paso del tiempo – un tic-tac, tic-tac, tic-tac que retumba constantemente en tu cabeza-
 Somos unos miedicas. Y lo somos sin sentido. Quizá es porque tenemos a todo el mundo recordándonos cuantísimo nos van a echar de menos el año que viene...
 Cuando pides un Erasmus o Convenio Internacional lo haces 100% segura y rezas a diario para que tu nombre aparezca en la lista de admitidos. Y cuando lo hace, te embarga tal emoción, que no sabría ni cómo describirla con palabras, supongo que es algo parecido a la sensación de llegar a casa y ver que han hecho la compra, no se si me explico...
 Pero también os digo que ojalá la solicitud viniera acompañada de un manual de instrucciones que te preparara para esa mezcla de miedo, adrenalina y  ganas -bastante chunga de describir, por cierto- que empiezas a experimentar a medida que se acerca el día.
 El caso es que cuando sabes que te vas, te obsesionas con las cosas que no vas a volver a hacer hasta que vuelvas y por puro instinto, intentas  abarcarlo todo  mientras te das cuenta de que es una misión imposible, igual que la de comer un Calipo sin tirarte el liquidillo rosa por encima -soy fiel al de fresa-
 Si os soy sincera, me abruma un poco todo lo que se me viene encima -que conste que no me refiero solo al liquido del calipo- pero en general el pirarme asi de buenas un añito de casa me altera un poco, por no decir que el tema "maleta" me quita el sueño.

También es probable que parte de culpa la tenga mi destino a más de medio día de viaje y con más de un despegue y aterrizaje...
 Pero ya sabes que "Si quieres llegar alto, tienes que perder el miedo a las alturas"
 Así que creo, futuros Erasmus, que no merece la pena gastar ni un segundo mas mirando ese calendario que lo único que hace es tachar días dejando claro que no nos queda nada.  Soltémonos la melena y centrémonos en calentar motores para lo que se nos viene encima. El año que viene se va a liar parda, de eso no cabe duda.
Aun no conozco a nadie que no me haya descrito su Erasmus como "La mejor experiencia de mi vida" por lo que de verdad creo, que no tiene que estar tan mal...
Supongo que este post iba dedicado en un principio a esos que - acongojados- hacen las maletas, aunque también me parece justo ceder un poquito el protagonismo a esos que haréis pancartas de bienvenida para cuando volvamos - espero que pilleis la inDIRECTA, Pichulas- porque al fin y al cabo un puzzle nunca está completo sin todas sus piezas y va a ser chungo de narices averiguar quien va a echar mas de menos a quien, porque la cosa va a estar bastante igualada, esperemos.
Pero,¿sabes qué es lo peor de irte un año? ¿Lo que de verdad me asusta? A parte de tratar de llevar mi cuarto enterito sin que me cueste un riñón -por el puñetero sobrepeso-  lo peor de irte de Erasmus es que tal vez no quieras volver.
 Así que después de haberle dado vueltas y más vueltas al asunto, lo único de lo que estoy completamente segura es de que lo mejor está aun por llegar.

Comentarios

  1. ¡Hola!

    Me complace anunciarte que te he otorgado el Premio Dardos.En mi blog tienes más detalles.

    ¡Un besazo!
    Patri.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares