Touchdown

Y vuelvo a casa acompañada de un silencio que solo algunas  palabras de consuelo se atreven a romper, amigos que se abrazan y piensan en la Super bowl del próximo año. Como yo, muchos otros se retiran cabizbajos después de ver como los de Tom Brady  se llevaban lo que consideraban suyo.

Y rebobino atrás unas cuantas horas,  a cuando auténticas masas azules y verdes recorrían las calles en busca de un sitio en el que ver el que sin duda es el partido mas importante del año.
Rebobino a los gritos de “Go Hawks” que se oían desde las fraternidades, a las tiendas en las que ya no quedaban cervezas y sobretodo rebobino y doy al “pause” al momento en el que todos con la mano en el pecho cantaban orgullosos al ritmo de Idina Menzel  su himno nacional.  Escalofriante. 

Pero bueno, basta ya de rebobinar, volvamos a la realidad, un tanto amarga, por cierto. En la calle se respira tristeza y en los jardines de las fraternidades aún están todos esos sofás apilados que se libran de la hoguera hasta el año que viene, esperemos.
Sinceramente os digo que me da pena. Me da pena que hayan perdido, me da pena que lo hayan hecho de esa forma y que esos últimos segundos de partido hayan podido acabar con la ilusión que esta gente le había puesto. 

Hacía mucho que no veía una afición así, y me diréis eso de que “ los americanos lo hacen todo a lo grande” y sí, estoy de acuerdo con vosotros pero es que lo que se ha vivido en Seattle estas últimas semanas se  ha pasado de grande.

Es verdad que los fans de los Seahawks lo son siempre, no solo en los partidos, de hecho, es una de las cosas que captó mi atención nada mas llegar. Os quedarías impresionados al descubrir cuantísimos de ellos van vestidos con camisetas, gorros y calcetines de los Seahawks a diario…

Pero es que, como os decía antes, desde hace unas semanas Seattle se ha transformado en una ciudad azul y verde en al que absolutamente todo giraba en torno al Super Sunday. El número #12 está en todos los escaparates, en todos los edificios, en todos los coches y si me apuras, hasta en todas las manicuras y cortes de pelo -solo de los horneras, obviamente-  y aunque los que me conocéis sabéis que puedo ser un poco exagerada esta vez os prometo que no lo estoy siendo.

Me da pena que no lo hayamos podido celebrar como es debido, con fuegos artificiales desde el Space Needle y quemando todos esos sofas que las fraternidades ya tenían preparados....Pero bueno, cierto es que no se puede ganar siempre y ya sabíamos todos que uno de los dos iba a tener que perder y yo, pues qué queréis que os diga, confiaba en que el chasco se lo llevaran los de New England.

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